Tag 10: Chemnitz

Corto viaje desde Dresden a Chemnitz.

El local de esta noche se llamaba «Subway to Peter» (sí, todos los nombres son geniales) y es de Mario, el mismo dueño de Chemiefabrik.

Nos encontramos con Uber que nos llevo al lugar donde dormiriamos. Un gran dormitorio por donde habian pasado mas bandas de punk rock que por Rosario (posta, no es una metafora).

Finalmente fuimos al famoso Subway to Peter, para comprobar que su fama estaba bien ganada. Un sotano de piedra, como si fuera el «dungeon» de un castillo medieval. Con una barra de madera y sus manijas de cobre con las mejores birras (incluida la Morritz que conocimos esa noche).

Nuestros amigos alemanes llegaron temprano, pero era miercoles. No sabiamos si la gente se iría a acercar.

Se tocaba en el piso, cara a cara. Como siempre, todo funcionaba perfecto y sonaba barbaro…pero sin gente no sería facil.

Sorprendentemente, el boliche se lleno. Al tercer tema estabamos todos saltando y cantando cada uno lo que podia. Fue el unico lugar donde habia gente muy joven y realmente fue muy lindo tocar para ellos.

Nuestros amigos Markus, Tom, Anja y Dave tambien estuvieron presentes y fue la despedida con ellos ya que el resto de la gira seguiríamos solos.

Terminamos de tocar y nos quedamos charlando con los presentes. Toda gente muy divertida que no terminaban de entender que eramos de Argentina, un pais de Sudamerica y que estabamos de gira por alla tocando punk rock.

Uber nos llamo y nos pregunto si «sabiamos del ritual antes de cobrar». Por supuesto que no sabiamos nada. Dijo: «Antes de pagarles tenemos que brindar con los schnapps de la casa». No nos sorprendió, en todos lados brindabamos con shots de los mas variados colores y sabores. Asi que sirvió y nos dispusimos a beberlo, solo para comprobar que era de …ajo!!!! Luego de que se cagara de risa de nuestras caras nos dio unos euros.

Al otro dia nos despertamos, bastante tiroteados por cierto, y desayunamos/almorzamos en el «patio» del departamento donde dormiamos. Un lugar común entre dos edificios (una especie de plazoleta) donde se respiraban aun aromas del comunismo no tan lejano.

Nunca habiamos oido hablar de Chemnitz pero nunca jamas lo olvidaremos.